Thursday, July 19, 2012

Roturas (poema de la semana)

Había siempre un largo silencio
cuando uno de los platos
se rompía en la cocina.
Era la hora de las manos pequeñas
que no son manos para sostener.

Y los largos dedos de mi abuela
levantaban esa dureza rota
extendida como un mapa incompleto
por el suelo de la cocina.

Siempre el largo silencio
hablaba
la angustia de las cosas
que no se pueden volver a juntar.

Y todo lo que se ha roto desde entonces;
arterias, músculos, huesos,
higos abiertos, cáscaras de nueces,
caracoles bajo la suela de los zapatos,
ventanas vencidas por piedras
o pasillos que llevan al cuerpo de mi abuelo,
a las cosas rotas en él y en mí.
Mi madre, mi abuela.
Todas las cosas que se rompen.

 *

Miro mis manos;
las líneas que las cruzan
son accidentes geográficos, cañadas.
Soy lo que se rompe en mis manos.

El padre del mundo
es el padre de las grietas, es
la blanda violencia de lo que se separa
sin hacer ruido.

Hay pájaros que caen de las ramas
antes de estar maduros,
hay espacios en blanco entre los cuerpos
antes de que comience la próxima canción.
Las flores se rompen para abrirse,
las olas se rompen hacia adentro,
como las madres pierden a sus hijos.

¿Por qué estoy más cerca de las rupturas
que de las piedras pulidas?

El acero, las flores, los pájaros,
todas las cosas que se rompen.  

- Javier Peñalosa


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